miércoles, 2 de abril de 2014

Érase una vez un Faro... 

Capítulo 4 (Final)



Aquel lejano país, con un buen Sistema Sanitario hasta que se impulsó la construcción del Faro "privatización sanitaria" como medida para un ahorro económico cifrado en 131 millones de €uros, en aquel momento del cuento, poseía una situación indeseable resultado de las ventajas económicas de algunas empresas, fruto por el que tendrían que pagar un alto precio los Ciudadanos pacientes.



¡¡Entonces!! salió a la poca luz que se abría paso esporádicamente en aquel lejano país, la verdadera intención del Gobierno malvado: el traspaso de un alto presupuesto sanitario, de hasta 6.000 millones de €uros a una serie de empresas afines, sin querer levantar sospechas y sabiendo que las contrarreformas sanitarias tendrían elevado coste político para el partido que las lleva a cabo. En definitiva, los cimientos del Faro no podían sustentar ni un pequeño castillo de naipes. 


Lo primero que se pretendió, fue retirar los ladrillos que ya se habían amontonado, se querían erradicar los cimientos poco fiables del Faro, en definitiva, revertir la "privatización sanitaria" y volver a la sanidad pública, enmendando de esa forma los sobrecostes que habían caído sobre los constructores del Faro.
Así, Con el objetivo de aportar luz a aquel país, embebido en las tinieblas opacas de la Maldición Oscura "crisis económica", fueron surgiendo múltiples alternativas a la construcción del Faro. Se trataba de otras posibles construcciones que facilitarían las sostenibilidad del Sistema Sanitario, sin acarrear consigo inconvenientes, sin convertir la salud en un mercado que asegurase una rentabilidad económica a costa de los beneficios de salud.
Algunas de aquellas alternativas al Faro fueron dotar a la financiación de un carácter finalista, mejorando así la cohesión del Sistema Sanitario, la despolitización de la gestión sanitaria, la creación de una Agencia de compras que evitase entre otras cosas, el uso ineficiente de tecnologías, empuje de Agencias de Calidad y Eficiencia Asistencial, la tendencia a formar Unidades de Gestión Clínica, la disminución del gasto farmacéutico, mediante la prescripción universal de genéricos, la instauración de sistemas de ahorro logístico, la huída de duplicidades en el seno de la burocraticidad, la reordenación y eliminación de alquileres de edificios dependientes de la Consejería de Sanidad, la compra centralizada de fungibles, hemoderivados y otros recursos necesarios, la optimización y mejora de los procedimientos en pacientes ingresados mediante el acortamiento de los ingresos, la potenciación de la atención primaria, como principal arma para alcanzar la eficiencia, para lo cual se propuso la suspensión en la apertura de algunos hospitales como el de Collado Villalba, orientando esfuerzos a la apertura de nuevos centros de salud y la suspensión del copago hospitalario.


Por fin, el Faro "privatización sanitaria" fue borrado de la faz de aquel lejano país, los Ciudadanos pacientes respiraron tranquilos, fueron felices y comieron perdices, pero, precavidos y advertidos por el Consejo de Sabios sobre los restos latentes bajo tierra de algunos cimientos del Faro supervivientes y aunque en silencio, latiendo aún bajo los pies de aquel país, los Ciudadanos pacientes durmieron con un bote de sal de frutas en las mesitas de noche que vigilaban sus sueños, no fuera a ser que las perdices acabaran sentando mal a sus maltrechos estómagos.


                                                     YUYI



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