miércoles, 12 de marzo de 2014

GESTIÓN SANITARIA A RITMO DE PASODOBLE CHIRIGOTERO



Este fin de semana he estado disfrutando con amigos del Carnaval de Cádiz, y no he parado de escuchar a chirigotas y coros cantándole a los recortes sanitarios. Los autores de coplas carnavalescas son capaces de retar a los “decission makers” con arte y maestría utilizando como arma la palabra y el compás.
El sentir de la sociedad está expresado por este conjunto de voces, sea canción protesta o populismo musical. Es cierto que la sociedad de a pie en España, ha entendido tradicionalmente la sanidad como un servicio universal y GRATUITO. Y está claro que últimamente la clase política hace alarde de este modelo; sin embargo la palabra privatización ligado a la sanidad se extiende cada vez más en el vocabulario popular, y obviamente esto hace cambiar drásticamente la percepción del servicio. Significa el paso de “gratis” a “de pago”, de un servicio sin límites a recibir el servicio que has pagado.
Decir que la sanidad en España es gratis no es conocer tu modelo sanitario; un servicio que se financia con tus impuestos no es un servicio gratuito. Esta afirmación no quiere decir que las prestaciones que recibe la sociedad estén ligadas a la carga impositiva que soporte cada cotizante, puesto que no ocurre (u ocurría) así. España “está” virando hacia otros modelos de provisión de sus servicios sanitarios, a estructuras en las que se potencia la privatización funcional y formal, así como la contribución individual por medio de copagos para disfrutar de los mismos servicios que en el modelo del estado del bienestar.
En cualquier circunstancia, los cambios que se lleven a cabo en servicios tan sensibles como el sanitario deben hacerse con sumo cuidado. Es preciso considerar por qué teníamos el sistema que nos ha llevado a ser referencia mundial y el cual con responsabilidad podría ser económicamente viable (que no rentable, puesto que es un servicio público) y por qué se deben acometer reformas y cambiar de modelo cambiando la oferta sanitaria sin cambiar la demanda impositiva.
Un pasodoble bien hilado hace vibrar a mucha gente, la misma que sufrimos cada día los vaivenes políticos que llevan a explorar modelos sanitarios diferentes al arraigado en la sociedad. Creo que solo hay una diferencia entre que el modelo que tenemos sea viable y el que vamos a tener (aún por ver) sea el idóneo, y esta es la responsabilidad social.
Mientras, seguiremos escuchando cuplés y pasodobles que nos lleven a pensar que la sanidad debe ser gestionada con cautela y sensibilidad. De otra manera, esto será un carnaval.



P.

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